Rut 2

← Volver al índice de Rut

← Volver al índice de libros

1 Tenía Noemí por parte de su marido un pariente de buena posición, de la familia de Elimélec, llamado Booz.

2 Rut, la moabita, dijo a Noemí: «Déjame ir a espigar al campo de quien se muestre amable conmigo». Ella respondió: «Vete, hija mía.»

3 Fue ella y se puso a espigar en el campo detrás de los segadores, y quiso su suerte que fuera a dar en una parcela de Booz, el de la familia de Elimélec.

4 Llegaba entonces Booz de Belén y dijo a los segadores: «Yahvé con vosotros.» Le respondieron: «Que Yahvé te bendiga.»

5 Preguntó Booz al criado que estaba al mando de los segadores: «¿De quién es esta muchacha?»

6 El criado que estaba al mando de los segadores dijo: «Es la joven moabita que vino con Noemí de los campos de Moab.

7 Me rogó que le permitiera ir espigando detrás de los segadores. Ha venido y ha estado sin parar desde la mañana hasta ahora.»

8 Booz dijo a Rut: «¿Me oyes, hija mía? No vayas a espigar a otro campo, ni te alejes de aquí. Quédate junto a mis criadas.

9 Fíjate en la parcela que siegan y ve tras ellas. Ya he ordenado a mis criados que no te molesten. Si tienes sed, ve donde están las vasijas y bebe de lo que saquen del pozo los criados.»

10 Ella inclinó su rostro, se postró en tierra y le dijo: «¿Por qué me tratas con amabilidad y te fijas en mí, que no soy más que una extranjera?»

11 Booz le respondió: «Me han contado al detalle todo lo que hiciste con tu suegra después de la muerte de tu marido, y cómo has dejado a tu padre y a tu madre y la tierra en que naciste, y has venido a un pueblo que hasta entonces no conocías.

12 Que Yahvé te premie por tu obra y que tengas cumplida recompensa de parte de Yahvé, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.»

13 Ella dijo: «Que mi señor siga siendo amable conmigo, ya que me has consolado y has hablado al corazón de tu sierva, cuando yo no soy ni siquiera una de tus criadas.»

14 A la hora de la comida, Booz le dijo: «Acércate aquí; puedes comer y untar tu pan en el vinagre.» Ella se sentó junto a los segadores, y él le ofreció grano tostado. Comió ella hasta saciarse y aun le sobró.

15 Cuando se levantó para seguir espigando, Booz ordenó a sus criados: «Dejadla espigar también entre las gavillas y no la molestéis.

16 Podéis sacar incluso algunas espigas de las gavillas y las dejáis caer para que ella las recoja, y no la riñáis.»

17 Así que estuvo espigando en el campo hasta el atardecer y, cuando desgranó lo que había espigado, había como una medida de cebada.

18 Cargó con ella y entró en la ciudad. Mostró a su suegra lo que había espigado, sacó lo que le había sobrado después de haberse saciado y se lo dio.

19 Su suegra le dijo: «¿Dónde has estado espigando hoy y qué has hecho? ¡Bendito sea el que se ha fijado en ti!» Ella contó a su suegra con quién había estado trabajando y añadió: «El hombre con quien he trabajado hoy se llama Booz.»

20 Noemí dijo a su nuera: «Bendito sea Yahvé, que no deja de mostrar su bondad hacia los vivos y los muertos.» Le dijo Noemí: «Ese hombre es nuestro pariente, uno de los que tienen derecho de rescate sobre nosotras.»

21 Dijo Rut a su suegra: «Incluso me ha dicho que me quedase con sus criados hasta que hubieran acabado toda su cosecha.»

22 Dijo Noemí a Rut, su nuera: «Es mejor que salgas con sus criadas, hija mía; así no te molestarán en otro campo.»

23 Se quedó, pues, con las criadas de Booz para espigar hasta que acabó la recolección de la cebada y la recolección del trigo, y siguió viviendo con su suegra.